Como
se concebía la formación integral
La
tutoría es una de las funciones que debe ejercer el profesor en las Sedes
Universitarias Municipales, para: “elevar a planos superiores la
participación, la colaboración y el protagonismo de los estudiantes, potenciar el papel del profesor como
principal facilitador del conocimiento y la educación, y la labor educativa personalizada”. Se
trata de la universalización de la figura
del tutor, que se extiende a la atención
personalizada e integral que los profesores deben garantizar a la totalidad de
sus estudiantes. MES 2005.
La tutoría en las SUM, se
plantea que su propósito es asesorar y
guiar al estudiante durante sus estudios, para contribuir así a su formación
general integral. Se trata de: “un proceso integrador de las influencias educativas, ya que no
sólo transcurre en la relación tutor-tutelado, sino que integra el
sistema de relaciones esenciales que se establecen a partir de la asesoría
académica e investigativa por parte del profesor y de otros especialistas, los
servicios especializados de orientación educativa al estudiante, el proceso de
extensión universitaria por el vínculo con el entorno socio familiar y también a través de las múltiples
manifestaciones de la cultura en cada territorio.”
Se
concibe a los tutores como líderes educativos, con una alta profesionalidad,
que ejerzan su labor educativa a través del asesoramiento a cada estudiante, de
modo que éste pueda cumplir todas sus actividades laborales y docentes con
calidad. A través de su ejemplo personal, su perseverancia, las relaciones que
establece con sus discípulos, contribuye a la formación de su personalidad como
futuro profesional. Se trata de que cada
estudiante en el Modelo de Continuidad de Estudios cuente con un tutor, “quien
de manera individualizada lo asesora, guía y ayuda en el empeño de vencer los
estudios universitarios” (Documento sobre el Claustro Universitario del 13
de octubre de 2004).
La
evolución histórica de este concepto ha
avanzado, desde una visión limitada y
parcializada del mismo, que predomina en los primeros tiempos, hasta un enfoque
más amplio, integral y holístico, que
toma en cuenta los diversos contextos educativos adonde pertenece un sujeto, el
cual se concibe de forma integral, que involucra a todos y que asume como
funciones primordiales la prevención y el desarrollo de los orientados. El
análisis histórico de la orientación indica el paso de una orientación de tipo
remedial, a una de tipo preventivo, que influye en contextos sociales más amplios, para facilitar el desarrollo
integral de la persona.
A
partir de estas características, la autora define la orientación educativa de
la siguiente forma: “Un proceso interdisciplinario y transdisciplinario
sustentado en los principios de intervención preventiva, desarrollo y atención
a la diversidad del alumno, cuyos agentes educativos (orientadores, padres,
docentes-tutores, familia y comunidad) asumen la función de facilitar y
promover su desarrollo integral para que se constituyan en seres
transformadores de sí mismos y de su entorno”.
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