lunes, 2 de diciembre de 2019


Como se concebía la formación integral
La tutoría es una de las funciones que debe ejercer el profesor en las Sedes Universitarias Municipales, para: “elevar a planos superiores la participación, la colaboración y el protagonismo de los estudiantes,  potenciar el papel del profesor como principal facilitador del conocimiento y la educación,  y la labor educativa personalizada”. Se trata de la universalización de la figura del tutor, que se extiende  a la atención personalizada e integral que los profesores deben garantizar a la totalidad de sus estudiantes. MES 2005.

La tutoría en las SUM, se plantea que su  propósito es asesorar y guiar al estudiante durante sus estudios, para contribuir así a su formación general integral. Se trata de: “un proceso integrador de las influencias educativas, ya que no sólo transcurre en la relación tutor-tutelado, sino que integra el sistema de relaciones esenciales que se establecen a partir de la asesoría académica e investigativa por parte del profesor y de otros especialistas, los servicios especializados de orientación educativa al estudiante, el proceso de extensión universitaria por el vínculo con el entorno socio familiar y  también a través de las múltiples manifestaciones de la cultura en cada territorio.”

Se concibe a los tutores como líderes educativos, con una alta profesionalidad, que ejerzan su labor educativa a través del asesoramiento a cada estudiante, de modo que éste pueda cumplir todas sus actividades laborales y docentes con calidad. A través de su ejemplo personal, su perseverancia, las relaciones que establece con sus discípulos, contribuye a la formación de su personalidad como futuro profesional.  Se trata de que cada estudiante en el Modelo de Continuidad de Estudios cuente con un tutor, “quien de manera individualizada lo asesora, guía y ayuda en el empeño de vencer los estudios universitarios” (Documento sobre el Claustro Universitario del 13 de octubre de 2004).

La evolución histórica de este  concepto ha avanzado,  desde una visión limitada y parcializada del mismo, que predomina en los primeros tiempos, hasta un enfoque más amplio, integral  y holístico, que toma en cuenta los diversos contextos educativos adonde pertenece un sujeto, el cual se concibe de forma integral, que involucra a todos y que asume como funciones primordiales la prevención y el desarrollo de los orientados. El análisis histórico de la orientación indica el paso de una orientación de tipo remedial, a una de tipo preventivo, que influye en contextos sociales  más amplios, para facilitar el desarrollo integral de la persona.

A partir de estas características, la autora define la orientación educativa de la siguiente forma: “Un proceso interdisciplinario y transdisciplinario sustentado en los principios de intervención preventiva, desarrollo y atención a la diversidad del alumno, cuyos agentes educativos (orientadores, padres, docentes-tutores, familia y comunidad) asumen la función de facilitar y promover su desarrollo integral para que se constituyan en seres transformadores de sí mismos y de su entorno”.

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